Las Aventuras de Isaías
Las aventuras de Isaias
Había una vez un amiguito que se llamaba Isaias, vivía en uno de los pueblos del norte, su aspecto era como uno de los príncipes de Asturias y le gustaba comer semillas de maní tostado. una vez su madre le trajo un juguete parecido a un radio transmisor, donde se podían ver algunas imágenes y recibir señales de otros mundos. Isaías, al recibir el juguete invita a sus amiguitos: Manu y mateo para disfrutar y conocer más de este nuevo artefacto.
Mientras lo están revisando y manejando, reciben una imagen en la pantalla que les llama mucho la atención, Isaias apuntando con su dedo al transmisor dice: ¡Es el rover curiosity! e inmediatamente Manu le corrige: ¡No, es el Perseverance!. Las imágenes habían venido directamente del planeta Marte.
Apavorados con lo que estaban viendo a Mateo se le ocurre una extraña idea: -¿qué pasará si tocamos la pantalla? e Isaias, con absoluta imposición, le responde: si lo hacemos, tocamos todos a la vez. Isaias junto a sus dos amiguitos se colocaron frente a la pantalla del transmisor y con sus dedos índices, en dirección a la imagen, tocaron a la vez; en ese mismo instante sus cuerpos comenzaron a transformarse en dibujos animados y una voz, como de robot, salía del juguete diciendo: -Bienvenidos, ustedes han sido escogidos para salvar a la humanidad y vencer a los enemigos de la virtualización. Deberán luchar en tres mundos diferentes: Instalandia, Facelandia y Youtulandia, vencer a sus enemigos y obtener un corazón puro como recompensa.
-¿Pero cómo haremos esto? respondió Isaias, con inquietud. -Con la ayuda de los rovers, Curiosity les proporcionará las piedras marcianas, que son las tareas de esta misión y Perseverance les dará piedras marcianas molidas, que las utilizarán como pistas para descifrar los enigmas. En ese momento el Curiosity se aproximó hasta ellos y les entregó una piedrecita que tenía su primera tarea. Cuando los tres juntos tocaron la piedrecita, aparecieron en el mundo de Instalandia. Era un lugar muy extraño, había personas de todas las edades y de todas partes del mundo, había también un monstruo que se levantaba entre la gente y tenía la cabeza en forma de cámara fotográfica con un solo ojo. Los tres quedaron perplejos y querían correr para salir de ese mundo, entonces manu les grita insistiendoles:- Tenemos que luchar contra él para salvar a la humanidad. -Pero ¿cómo lo hacemos? respondió Isaias con cierto miedo. -Recuerden que el Perseverance nos dará las pistas para vencerlo. Les dijo Mateo, con ánimos de esperanza. Cuando se acercaron al Rover Perseverance éste con su brazo robótico les proporcionó un pequeño recipiente que contenia un polvillo de color ocre. Isaias toma el potecito y lanza su contenido en el aire formando una nube de polvo brillante que cuando, paulatinamente descansa en el suelo, dibuja un texto en las arenas de aquel misterioso mundo. -“Selfie”. Dijeron todos a la vez al tiempo que leyeron el escrito. quiere decir que si nos tomamos una foto venceremos al monstruo de la virtualización sugirió Mateo de forma inmediata. -no. Le interrumpió Isaias.-Si fuese así, el monstruo no existiera porque todo el mundo se toma fotos acá. La foto debe ser un selfie del mismo monstruo. Así lo destruiremos. Si pero necesitaríamos un espejo para cuando él tome una foto se retrate y desaparezca. En ese momento Isaías observa una gran roca de plata que se levanta del suelo y le pide al perseverance que, con su rayo láser, comience a darle pulitura a la roca de plata, para hacer un gran espejo y derrotar al creciente monstruo de Instalandia.
Al terminar de pulir la roca el Rover perseverance se retira lentamente, desvaneciéndose en el horizonte y los chiquilines quedan solos nuevamente. -cómo haremos para que él se tome la foto frente al espejo? Dijo Manu preocupado.
Entonces Isaías le contestó:- vamos a enfrentarlo y cuando él quiera tomarnos fotos a nosotros correremos y haremos que nos persiga hasta que se ponga frente al espejo. - si, si vamos. Dijeron los demás. Así lo hicieron y cuando él monstruo hubo tomado la foto frente al espejo se fue desintegrando poco a poco.
Isaías junto a sus dos amiguitos celebraron la victoria con saltos y alegría y ellos sin darse cuenta volvieron a aparecer en la sala de su casa, en el mundo real. -Isaías, ya se terminó la hora de jugar, vamos a hacer tus deberes. Gritó su madre desde la cocina. - Si puedes pásame mi libro de lectura - le suplicó Isaías. Y cuando abrió la portada del libro había algo escrito: "te esperamos en el próximo mundo"
FIN
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